Nadie es perfecto...Información secreta y supuestamente clasificada sobre la flota de
submarinos nucleares de Reino Unido ha sido accesible para los
usuarios
de
Internet hasta que un tabloide
nacional alertó ayer del error. El
Ministerio de Defensa británico se vio forzado a admitir que un fallo de
seguridad informática propició la exposición pública de datos sobre la
vulnerabilidad de sus submarinos de propulsión atómica y sobre las
medidas de autoprotección aplicadas por sus aliados de la Marina
estadounidense. El informe militar, que evalúa las opciones de futuro
para los reactores de los
submarinos de reemplazo de la flota Trident,
fue descargado en el sitio web del Parlamento, aunque al tiempo se
bloquearon los apartados más sensibles, referentes a la incapacidad
actual de afrontar "accidentes fatales".
Sin embargo, el sencillo mecanismo de copiar el material censurado y
pegarlo en otro documento permitía a cualquier internauta leer
perfectamente su contenido, como descubrieron los reporteros del Daily Star Sunday.
Solo horas antes de que el periódico aterrizara en los quioscos, y en
realidad advertido por el mismo, los responsables de Defensa se
aprestaron a subsanar el desaguisado, sustituyendo la versión inicial
del documento por otra "más adecuada".
El bochorno ha sido
mayúsculo, porque el mismo ministerio, que ayer aseguró en un comunicado
que "nos tomamos muy en serio la seguridad nuclear", se mostraba
asimismo "agradecido a los periodistas que nos han llamado la atención
sobre el asunto". Más allá del sonrojo, o de críticas como las del
diputado conservador y antiguo oficial del Ejército Patrick Mercer, ante
la salida a la luz de detalles "extremadamente interesantes para los
enemigos de Reino Unido", el episodio ha recuperado para el dominio
público un debate que atañe a los estándares de seguridad nuclear.
El
informe desnudado al completo en Internet -y que lleva la firma del
jefe de la oficina que controla la seguridad nuclear (Defence Nuclear
Safety Regulator), Andrew McFarlane- data del año 2009, pero ha
permitido concluir con la perspectiva del tiempo que los reactores
actualmente emplazados en la flota Trident son muy similares a los que
detonaron el desastre en la central japonesa de Fukushima I. La Royal
Navy pretende sustituirlos por otros más seguros, en prevención de
potenciales accidentes con el resultado de "numerosas víctimas" entre
las tripulaciones de los submarinos, tal como revelaron el pasado marzo
el diario The Guardian y la cadena televisiva Channel 4, tras acceder al análisis de ese material censurado por el Ministerio de Defensa.
Un
mes después de aquellas revelaciones periodísticas, ha trascendido que
cualquier usuario con nociones básicas del mundo de la informática
también tuvo la posibilidad -hasta el pasado sábado por la noche- de
desentrañar el contenido del material censurado. Incluida la admisión de
que los submarinos de Estados Unidos afrontan los desastres a bordo con
unos procedimientos que son "el doble de seguros que los nuestros en
áreas clave". Toda una puntilla para el orgullo nacional de los
británicos.