¡Momento!
Antes de copiar a tu jefe en ese correo electrónico. Enviarle
una copia no va a lograr que le caigas mejor, lo que va a
hacer es que el resto de tus colegas en la oficina
desconfíen de vos.
Esa
es la conclusión de una investigación sobre el pernicioso
"efecto cc" (como en copia carbónica) realizada por un profesor
de administración de la Escuela Empresarial Judge, de la
Universidad de Cambridge en Reino Unido.
El profesor David De Cremer
investigó el denso ámbito emocional que subyace bajo el
tráfico de emails en las oficinas. Cuando los empleados
continuamente envían copias de sus correos al gerente, eso no
crea "transparencia", afirma el profesor De Cremer, sino una
"cultura del miedo".
Pero
qué de todos esos otros males ocultos que arrastra el
tráfico de email en la oficina y atestan tu buzón:
"Aquí estoy, ya saben dónde me encuentran". Eso
es cuando el correo electrónico se utiliza para comunicarle a
los colegas cercanos y lejanos que realmente te encontrás en
el trabajo. Un intercambio aleatorio de documentos podría
cumplir la misma función, un simple y acertado comentario de
pocas palabras para demostrar que estás seriamente a cargo.
También existe la versión "expreso de medianoche", que es
enviar un email cuando todo el que tenga un poco de sentido
común está ya en sus pijamas.
Ego-mail.
Así como hay gente que interpreta la palabra "reunión" como
una invitación para compartir un par de momentos destacados de
su propia carrera, hay algunos colegas que ven el email como
una herramienta hecha a la medida para promoverse personalmente
sin modestia alguna. Estos pueden ser gerentes con ínfulas de
grandeza, como también subalternos con ambición descarada. De
todas formas, es algo tan obvio que, bueno, todo el mundo
empieza a mandar correos al respecto.
Bcc o CO.La
copia oculta es el arma de destrucción masiva de los emails,
invisible pero potencialmente una arrasadora herramienta de
ataque. Y si alguien se llega a enterar de que estás usando
esas tácticas solapadas, también podría terminar siendo una
herramienta de ataque suicida.
Despedirse con un beso.
¿Cuál es la manera apropiada de firmar tus correos? Estas
son preguntas que alimentan nuestra ansiedad cibernética. Si
alguien te envía un email con un beso o con una gran X al
final, como ocurre en algunos países, ¿le respondés con otra
igual? Y, si no lo hacés, ¿te hará lucir una persona grosera
o estirada? También hay otros que firman con su inicial, como
si fuera el monograma electrónico de algún monarca. Según el
profesor De Cremer, el tipo de firma con mejor probabilidad
de tener una respuesta positiva es: "Le agradezco por
adelantado". Amable y al mismo tiempo a la expectativa.
Llevarse los laureles.
Debes estar alerta al email que no es más que una
expropiación del trabajo de otros. Generalmente estará escrito
en un lenguaje empresarial, más escurridizo que una culebra en
aceite. Si no es eso, entonces puede ser la común reacción a
las dificultades de otros que termina con la indirecta
expresión pasiva agresiva: "Cómo lo lamento".
Esa cosa que vieron en Facebook.
Pensaron que era divertidísima y tenían que enviársela a
todos en su directorio de correos electrónicos. Vos pensás que es
espeluznantemente aburrido, sin embargo ellos siguen enviando
más y más. Pero, ¿qué podés decir? ¿Existirán las redes
antisociales? Una solución sugerida es responder con un símbolo
de menosprecio sin palabras: "!"
Brevedad. El correo
electrónico en el trabajo es parte de una jerarquía, con
listas de distribución equivalentes a pequeños mapas que dejan
entrever poder. Y hay una teoría que habla de cómo la
longitud de un email actúa en relación a la diferencia de
poder entre los remitentes. El subalterno envía un largo ensayo
mientras el jefe responde con un par de palabras escuetas.
Así que, sé breve si querés mantener la delantera.
El desastre que te sigue avergonzando años después.
No hay manera de eludirlo. Sucede como si el destino tuviera
su propia tecla de "enviar". Acabás de mandar un email sobre
una persona que estás basureando precisamente a esa persona
que estás basureando. Esto supera cualquier otra pequeña
indiscreción, como enviar un "Responder a todos" explicando a
todo el edificio por qué no vas a asistir a la fiesta de
despedida de alguien. Podría ser hasta peor que la sinceridad
fingida, como en un correo que recibí recientemente: "Querido (espacio vacío): Espero que todo esté bien en (espacio vacío)". ¡Ah, eso te hace sentir tan especial!
La desconcertante respuesta que nunca llega.
Este es el tiburón que ronda el agua turbia de los emails.
Acabas de enviar un mensaje muy directo y quedas a la
expectativa. Tal vez no lo vieron, así que te inventás otra
excusa para reenviarlo. Nada. ¿Qué podrá ser? ¿Estarán allí? O,
peor aún, ¿serán de esos que abandonan una conversación -por
interesante que sea- a mitad de camino? Te hacen una
pregunta, vos respondés tal vez con un gracioso comentario al
final y, luego, silencio absoluto.
"Gracias" es la palabra más difícil.
¿Cómo respondés a un email de felicitación de tu jefe? Te
ha enviado una palmadita electrónica en la espalda y sentís el
cálido resplandor de aprecio. Pero, entonces, te abruma la
duda: ¿Cómo respondés? ¿Con un parco "gracias" o lanzás una
avalancha de otras brillantes ideas que has estado ponderando?
Eso te podría hacer ver demasiado necesitado. Pero ya ese
momento espontáneo se desvaneció. Tal vez, ya ni vea la
respuesta que vayas a enviar... y ahí es cuando accidentalmente
enviás una respuesta en blanco. Has logrado que tu momento
de gloria se convierta en derrota. Otra persona más a quien
evitar en el pasillo.
Mail: enviotp@gmail.com En AS.: JVG CA Taller TIC (su nombre y apellido)
En un mundo donde los cambios se suceden vertiginosamente, incluso los tecnológicos, es menester asimilar las nuevas tecnologías para su aplicación inmediata y a futuro.