Lo
hicieron en el marco del segundo día de la conferencia internacional de
seguridad informática más importante de Buenos Aires.
La doceava cumbre
de seguridad informática Ekoparty, que se desarrolla en Buenos Aires,
se centró en el hackeo de autos en su segunda jornada. Para darle más
espectacularidad al tema, los oradores Claudio Caracciolo y Sheila Berta
realizaron ayer una demostración en vivo de esta temática ante una
multitud de entusiastas que copó el Centro Cultural Konex.
Estos
expertos comenzaron su presentación con una breve introducción acerca de
las diversas maneras de vulnerar la seguridad de un vehículo. Además de
sus funciones y de alterar el kilometraje para sacar un rédito
económico también es posible dotarlo de mayor potencia, esta práctica
fue denominada por los hackers como "chipear" el vehículo.
La única forma de detectar cualquier tipo de anomalía es llevar al
vehículo a un taller que cuente con el software oficial. "Ahí te dirán
que no puede leer el kilometraje real, más que nada en los de alta gama,
en otros no te dice pero te das cuenta de la modificación”, reconoce
Caracciolo.
Todo empezó hace ya unos cuantos años cuando la
electrónica comenzó a ganar terreno en nuestros autos. Al principio los
dispositivos electrónicos que se incluían en un vehículo se podían
contar con los dedos de una mano y si necesitaban comunicarse unos con
otros se hacía mediante cables directos (punto a punto).
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Para
conseguir alterar las funciones de un vehículo es fundamental el
protocolo CAN -Controller Area Network- una idea de la automotriz Bosch
en 1982, cuyo primer modelo fue el Mercedes-Benz Clase E de 1992.
Permite interconectar componentes que tienen que ver con los sistemas
básicos: el control del motor, el encendido, la dirección o el
funcionamiento del bloqueo de los frenos aunque también se suele usar en
la interconexión de otros sistemas del coche, como el GPS y el
sistema multimedia.
Tras la interpretación de los mensajes que emite este protocolo,
incluso cuando el auto está apagado, se puede tomar el control de la
unidad con solo colocar un dispositivo electrónico en el conector OBD
(On-Board Diagnostics) que no es más que la herramienta de diagnósticos a
bordo que suele encontrarse debajo del volante. Para llevarlo a la
práctica, Carraciolo y Berta consigueron encender desde el auditorio las
luces de una camioneta estacionada en el playón del Konex.