"Las
llamadas y mensajes enviados a este chat ahora están seguros con
cifrado de extremo a extremo", clama la leyenda cada vez que un usuario
quiere iniciar una conversación a través del servicio de mensajería WhatsApp. Sin
embargo, son varias las criticas que ha recavado en lo que respecta a
la privacidad de los datos de los usuarios. Tal es así que los expertos
en la materia hasta pidieron dejar de usarlo.
WhatsApp ahora también permite mandar mensajes sin conexión en los iPhone
Desde abril del 2016, WhatsApp comenzó a utilizar el protocolo Signal, ni más ni menos que el encargado de cifrar las conversaciones de
extremo a extremo para resguardar la privacidad de los mensajes. Esta
misma característica fue tomada por Facebook Messenger y Google Allo,
por ejemplo.
Creado por Open Whisper System, un grupo sin fines
lucrativos que fue fundado en 2013 por el exjefe de seguridad de
Twitter, Moxie Marlinspike, Signal se transformó en la principal defensa frente a las críticas en torno a la seguridad del servicio de mensajería.
Sin embargo, no todo es tan seguro como aparenta desde el punto de vista de los expertos. Para ellos, el verdadero motivo por el cual la plataforma no es tan segura son los metadatos.
Un antiguo empleado de la CIA que en 2013 filtró documentos
clasificados de la Agencia de Seguridad Nacional de EE. UU., llamado
Edward Snowden, los definió simplemente como el "registro de actividades".
Las empresas o gobiernos que tengan al alcance esta información podrán conocer toda la actividad del usuario en
la plataforma, a quien contactó e incluso la duración, pero no
conocerán particularmente el tema de la conversación. En resumen, el cifrado de extremo a extremo no evita la recolección de metadatos.
Otra de las razones por la que se duda de WhatsApp es por el acceso a información sensible de los teléfonos, como por ejemplo la agenda de contactos de los usuarios. Al instalar la app, la plataforma también se hace con datos específicos del dispositivo, su sistema operativo e información de su navegador, dirección IP y red móvil, como así también su número de línea.
Esta recopilación de datos quedo avalada definitivamente en el cambio de la política de privacidad, en la cual la compañía comparte el número de teléfono del usuario con Facebook, quien adquirió WhatsApp en 2014, con la idea de conectar ambos servicios.