¿Es posible acompañar a los niños en el mundo online sin herramientas de restricción de contenidos y monitoreo de actividades?
Martes 07 de febrero de 2017 • 00:55
Internet
es mar abierto para grandes y chicos. Sin embargo, los menores suelen
recibir limitaciones. Aprender a nadar lleva su tiempo y, mientras
tanto, hay herramientas de control parental (aplicaciones de bloqueo de contenidos, por ejemplo) que resultan esenciales para muchos padres. Pero, ¿qué pasaría si ese acompañamiento fuera sin este tipo de limitaciones?
Evangelina
Cueto, pediatra, especialista en salud integral de adolescentes y
miembro titular de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), se hace dos
preguntas existenciales: "¿Existe el control sobre los hijos? Y si
existe, ¿es efectivo perseguirlo como fin para la crianza?".
En
principio, el contacto con las pantallas debe tener limitaciones. SAP y
la American Academy of Pediatrics (AAP), así como también otras
sociedades científicas, coinciden en que la vinculación con pantallas debe retrasarse hasta, al menos, los 2 años de vida.
"Este
consejo u orientación médica, se fundamenta en lo crucial que es la
infancia para el neurodesarrollo y, por ende, el cuidado en cuanto a
estímulos que merece el sistema nervioso central de un niño. Existe
amplia bibliografía que documenta la relación entre trastornos por déficit de atención e hiperactividad y uso precoz y extendido de pantallas ", señala Cueto.
Continúa:
"Son múltiples los problemas oftalmológicos (miopía, hipermetropía,
astigmatismo, síndrome de ojo seco, entre otros) vinculados con fijar la
vista a distancia mínima y durante varias horas. La lista de problemas
médicos es aún más amplia, e incluye sobrepeso/obesidad, depresión,
cefaleas o contracturas musculares a edades tempranas".
Foto: Archivo
También
hay un lado positivo, por supuesto. Desde la mirada de la salud,
existen ventajas respecto de las capacidades cognitivas que desarrollan
los niños con acceso a TIC. En este sentido, la pediatra destaca la
importancia del acompañamiento como padres. "Acompañar significa brindar tiempo y, sobretodo, calidad de tiempo, es decir, disponibilidad para entrar en código
y mirar de cerca los intereses de los chicos que, no pocas veces, se
pueden combinar armoniosamente con los nuestros", destaca.
Cueto
es madre de niños de 4 y 6 años, y admite no usar herramientas de
control parental. "Creo firmemente en el valor irremplazable que tiene
la compañía del adulto cuidador, que puede ser presencial-directa en el
caso de niños más pequeños, hasta simbólica en el caso de adolescentes",
finaliza.
Por su parte, Marcela Czarny, presidenta de la organización civil Chicos.net,
no cree que el control parental garantice un buen desarrollo de los
niños. No descarta usar alguna herramienta para, por ejemplo, bloquear
contenidos pornográficos. Pero entiende que hay un camino más
desafiante.
"Queremos chicos autónomos. Nuestra ideología es
acompañar, empoderar, y no filtrar, espiar ni prohibir. No queremos
hablar de control porque un padre que controla a un niño con una cámara
en su cuarto, por ejemplo, no está confiando. Es necesario entender que
los niños establecen sus propias pautas de cuidado", señala.
En
esta línea se encuentra Mercedes Acosta Quintas, 35 años, licenciada en
ciencias de la comunicación, madre de dos niñas, de 7 meses y 11 años.
"La más grande usa, desde hace algunos meses, distintas redes sociales.
Fue un tema que hablamos mucho con mi marido y, luego de consultar con
especialistas, decidimos no usar ningún sistema o software de control
parental", dice.
Foto: Archivo
Confianza mutua
En
su caso, decidieron qué red social podía usar su hija y cuál no.
Optaron por Instagram, Musically y Snapchat, dejaron afuera a Facebook y
Twitter. "Nuestra forma de regular el modo de usar las redes sociales
es acompañándola y hablando mucho sobre el tema. En un mundo donde lo
virtual gana cada vez más terreno, nosotros optamos por no prohibir sino generar una relación de confianza mutua pero con ciertas reglas ", explica Mercedes.
Por
ejemplo, su hija no puede tener un perfil público, cuando le piden una
nueva autorización de amistad les muestra a sus padres quién es. "Ahí
vemos si lo puede aceptar o no, gente desconocida o perfiles anónimos no
permitimos; solo puede aceptar amigos y gente conocida. También
hablamos de qué contenidos subir, por ejemplo, fotos que esté con el
uniforme del colegio, no", explica.
Al momento, los resultados han
sido satisfactorios aunque es necesario recordar las reglas todas las
semanas. "Mi hija está conforme, no se queja de que éste sea el modo.
Asimismo, lo que pasa en el mundo online fomenta el diálogo en casa.
Cuando va a hacer un vivo me avisa y trato de conectarme, y otras veces
comparte conmigo contenidos antes de subirlos a sus redes", confiesa la
madre.
Sebastián Barbosa, biólogo y responsable de contenidos de
TECtv, tiene una hija de 3 años y medio que mira contenidos por TV
(cable y películas en DVD). Su exposición diaria a pantallas se
encuentra entre una hora y media y tres horas (el promedio argentino para los chicos es de 5 horas diarias). Otro caso en donde, por elección, se decide no usar control parental.
"Hemos
ido comprobando que si le decíamos solamente la orden, por ejemplo "eso
no se ve", a veces reaccionaba como si algo le molestara. Cuando
dábamos la orden y luego la explicación, por ejemplo "eso no se ve ahora
porque es para chicos más grandes", entonces obedecía y además lo hacía
con ganas", cuenta.
"No sé si algún día usaré una herramienta
para controlar. Tratamos de enseñarle a diversificar sus gustos y en
realidad, primeramente, le abrimos otras opciones. Estamos muy presentes
y leemos, jugamos y bailamos. La lectura, los juegos con sus juguetes y
la música tienen mayor importancia que el consumo de contenidos
audiovisuales para nosotros y para ella", afirma.
Foto: verkeorg/Flickr bajo licencia CC BY SA 20
El acompañamiento
Sebastián Bortnik, presidente de la ONG Argentina Cibersegura,
está parado en una postura más determinante. "También es un límite que
los chicos pequeños no usen cuchillo, no salgan caminando solos a la
calle o no manejen un auto. Lo importante es que entiendan que son
herramientas temporales. Al final del camino van a tener independencia
sin controles para tomar las decisiones", señala.
Destaca la
importancia del acompañamiento de los padres en la educación. "Debe
empezar desde el primer día, no cuando se dejan las herramientas de
control parental, sino cuando empiezan a usarlas. Siempre decimos que
los chicos necesitan alguien al lado ayudando y no alguien detrás
espiando. Por eso la importancia de utilizar estas herramientas como
medidas preventivas que complementen la educación, no que la
reemplacen", finaliza.
No hay trucos y cada niño es distinto. Sin
embargo, el común denominador es la seguridad de los chicos. "No hay que
ser ingeniero en sistemas para ayudarlos", dice Gabriela Hadid,
especialista en educación de usuarios en seguridad digital de Google para América Latina.
"Los
contenidos inadecuados son publicaciones ofensivas, no aptas para
menores y cada plataforma tiene ciertas políticas de uso. En las
plataformas de Google, si hay contenido inadecuado, se reporta. En
YouTube se puede activar el modo restringido en cada dispositivo para
evitar contenidos violentos o adultos".
Si el hijo y el padre
mirasen contenidos en YouTube bajo el mismo usuario, es posible que
aparezcan recomendaciones de contenidos inapropiados para el menor. En
ese caso, dar reset al historial resulta una solución para evitarlos.
Esto se vincula con el concepto de huella digital.
"Se refiere a
los rastros que dejan las actividades que hacemos en la web. Es toda
aquella información que se asocia con nuestro usuario. Esto nos acompaña
toda la vida y es importante que los padres lo entiendan para
transmitírselo a sus hijos", concluye Hadid.