Conocí a Torvalds en 1997, cuando su nombre empezaba a circular más allá de la mesa chica del software libre y una fama incipiente lo había traído hasta la remota Buenos Aires. Hoy, a sus 46 años, recuerda la época anterior a Linux, los momentos difíciles, los hitos, examina su particular estilo personal y explica por qué algunas constantes de Linux esconden fechas de cumpleaños.
...
Continuar leyendo